"Cuál es el azar de la mujer rubia, en qué marco inquietante o pendular
de la puerta entreabierta encontrará la luz dentro del bosque. La mujer
rubia es Carmen Díez de Rivera, esa chica guapa y estilosa que en el
libro de Manuel Vicent escoge las corbatas de Adolfo Suárez y le cambia
el estilo más castizo por la modernidad sobria del chaleco entallado.
Carmen Díaz de Rivera era amiga del rey y estableció un enigma de
perduración líquida en la memoria angulosa de Suárez, caminando por un
sendero oscurecido con su fondo espectral, en el que se mezclan también
los nombres de Juan Carlos I y de Santiago Carrillo, la legalización del
Partido Comunista o el 23-F o la descomposición final de UCD, y todo
como un magma contrastado de matices violentos, ensoñados y ocultos, con
la memoria rota, fragmentada, en su sustancia interna, diluida en la
incapacidad para reconocer el peso de un relato sobre su biografía (...)". Para seguir leyendo, pulsa aquí.
(Publicado en Diario Abierto)
Aquellos que eramos chicos de la transición somos especialmente sensibles a lo que rodea a las figuras de aquel momento, tu crónica del libro de Vicent es especialmente buena e induce a aumentar el apetito por leer el libro e introducirse en la nebulosa del hombre que lucha contra la corriente de la memoria, gracias por reseñarlo, un abrazo (sin contractura)
ResponderEliminarAmigo Siroco, te lo recomiendo. Es de las novelas que más me ha impactado últimamente, por eso he escrito sobre ella. No solamente está excelentemente escrita -lo que no es poco-, sino que el enfoque, desde el olvido de Suárez, es muy sugerente. Otro abrazo!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarJoaquín, soy tan "vicentino" que no hay domingo que no cumpla fielmente con la liturgia laica de la lectura de su columna en EL PAÍS. Tu sabia y elegante reseña no hace más que acrecentar mi fe en Manuel Vicent. Leeremos "El azar de la mujer rubia" y me alegro de esta nueva coincidencia en nuestros gustos literarios.
ResponderEliminarUn abrazo.
P.D. Eliminé por errata mi comentario anterior.