"Tratar de imaginar a Luis Cernuda en el mundo de hoy no resulta difícil:
estaría asqueado, y habría buscado su propia “movilidad exterior” con
convencimiento, y sin bobería ministerial. El poeta sevillano extrañaría
Sevilla como siempre, y también como nunca, creando un territorio
magmático de asombro, esa arcadia sureña en la que resguardar el paraíso
perdido que nunca poseyó. Regresar estos días a Cernuda, a través de la
lectura de La Realidad y el Deseo, estacionada por la aventura
cronológica marcada en la estupenda biografía de Antonio Rivero
Taravillo, es una manera de revisar esa intimidad elegante y sutil,
esbelta y dolorida, de una sensibilidad moderna en su doble vertiente de
su disonancia personal en la grieta apremiante de un presente abolido (...)". Para seguir leyendo, pulsa aquí.
(Publicado en El País)
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