"Tengo la sensación de que el
PSOE está perdiendo la batalla de la modernidad. Del aquí y del ahora, en su
versión más limpia del futuro. De la calle y su grito, de su fiebre en la letra
menuda de las lamentaciones, de cualquier esperanza convertida en discurso para
poder medir nuestra temperatura ética del mundo. Como si estuviera en otra
cosa, pero no el la voz inmediata de la reclamación. No me refiero únicamente a
la oposición, sino a la propia respuesta del partido ante la crisis de valores
que afecta directamente a la credibilidad de nuestro sistema de representación (...)". Para seguir leyendo, pulsa aquí.
(Publicado en Diario Abierto)
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