"El evangelio de Venus se escribe con renglones trascendidos de
carne. En la novela de Alfonso Sobrado Palomares, el erotismo está en
las mismas raíces de la religión, porque el pecado es la consecuencia
racional del deseo, a tenor del destino de unos personajes que supeditan
siempre la sensualidad al poder. Así, la novela es la historia antigua de una dominación: cómo tres
mujeres, entre el 891 y el 955, rigen los destinos del papado y de Roma.
O de los papados: los que ellas mismas van dirigiendo, imponiendo,
trenzando con dibujos invisibles, pero también sensoriales y atávicos (...)". Para seguir leyendo, pulsa aquí.
(Publicado en Diario Abierto)
excelente reseña, me reservo su lectura.
ResponderEliminarQué bien, Siroco! Un abrazo!
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