UNA MADRE ESPERA EN LA FRONTERA
Cuidaste de la casa tanto tiempo
que sus negros fantasmas te olvidaron.
Y aquí estás, como una lluvia lenta
que escapa de las horas y entreteje
la historia de este campo que se extingue.
Madre, tiemblas aún
cada vez que este viento
cambia de voz y te nombra.
Cuidaste de la casa largos años.
Mujer, todavía esperas en Colliure,
pero ignoras que tu hijo está dormido
en la sangre que esconden estas rocas.
En el centenario de Campos de Castilla,
este poema de Una interpretación (Rialp, 2001)
este poema de Una interpretación (Rialp, 2001)
dormido en la sangre que esconden éstas rocas, musito éstas palabras con la reverencia necesaria, realmente hermoso homenaje Joaquín.
ResponderEliminarMuchas gracias Siroco... ¡Cuánto tiempo!
ResponderEliminarUn abrazo grande!
La maternal espera tejió un sueño inconsútil desde el pasado efímero e hizo un jardín junto al mar...
ResponderEliminarVuelvo a mi pueblo machadiano (son mis huellas el camino)a leer otros versos:
Torreperogil
¡Quién fuera una torre, torre del campo
del Guadalquivir!
Un abrazo riográfico, esta vez guadianesco, Joaquín
se te echaba de menos por aquí, aunque visto lo visto la espera compensa
ResponderEliminarun abrazo
Joaquín: inspiradísimo y emotivo homenaje a una madre que, cruzando la frontera, soñaba con volver a Sevilla. De Machado viene todo, amigo. Abrazos.
ResponderEliminarMiguel, Niuqech y José Luis, qué alegría volver a tenernos por aquí!
ResponderEliminarTambién yo os echaba de menos!
Un abrazo grande!
Precioso... Un abrazote.
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