lunes, 28 de mayo de 2012

Entrevista sobre Los nadadores en Diario de León



«Esta sociedad tan interconectada es la más deshumanizada de todas»

 

e. gancedo | león 24/05/2012

Una piscina. Un hombre nada en ella. Unas sombras lo vigilan. Y, poco a poco, las personas que lo rodean empiezan a desaparecer... sin dejar rastro. Es la escalofriante premisa de Los nadadores, la novela que el poeta y narrador cordobés Joaquín Pérez Azaústre, uno de los más laureados autores jóvenes del momento, acaba de editar en Anagrama y que hoy presenta en la librería leonesa Alejandría junto al escritor Luis Artigue.

—¿Cómo surgió la chispa inicial de una obra tan turbadora?

—Pues mira, surgió nadando. Iba a una piscina en la que, cuando nadaba mucho, solía tener una gran sensación de soledad...

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4 comentarios:

  1. Siendo un chaval de la transición, ya te contaré que tal, un abrazo (sin contractura)

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  2. Otro abrazo Siroco, con antiinflamatorio si hace falta!

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  3. Tengo ganas de leer la novela, he escuchado a Manuel Cuesta hablar de ella y hasta Ismael ha hecho una canción. Creo que no me defraudará.

    En cuanto a como surgió, me parece una bella historia, demuestra que de las cosas nimias y situaciones cotidianas habituales pueden surgir grandes proyectos.

    En cuanto pueda la leeré.

    Abrazos.

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  4. He leído “Los nadadores” y continuamente vuelve a mi mente.

    Tomo como referente las lecturas de mi Lector Disperso. Y cuando él hizo su crónica de tu libro, me entraron unas ganas tremendas de leerlo y descubrirlo.

    Así que, fue ese detonante, el que me hizo acercarme a él y disfrutarle en cada una de sus páginas, dejándome llevar, sin pausa y sin prisa. Mirando a mi alrededor, por ver si volvía a encontrarme, cada día, con las mismas personas. Allí estaban los compañeros de Albitren que están “acampados” en la estación de Valladolid, en huelga, despedidos, luchando por su puesto de trabajo. La señora que espera a que llegue su nietecito para que su madre vaya al trabajo. El señor que vuelve en el tren de las tres, … Todo se repetía, afortunadamente, cada día.

    Estoy segura de que, mientras nade este verano, en la piscina cubierta de mi Villa, miraré alrededor, y buscaré a Australia, al hombre pez, …. pero sobre todo, buscaré a Jonás. No aparecerá, pero me dejaré llevar, por el agua, por los pensamientos, por las sombras.

    ¿Conoces a Vetusta Morla?. Tienen una canción que se titula Copenhague, que habla de dejarse llevar. Yo la asocio a tu libro. Y cada vez que pienso en él, comienza a sonar la música de la citada canción. El albúm es “Un día en el mundo”-

    Hay otra canción que asocio a tu libro. Es una canción de Jose Ignacio Lapido, se llama “Hasta desaparecer”.

    Quería darte las gracias, por nombrar lo que no se nombra. A veces nos cruzamos con personas que ya no volvemos a ver. Y es cómo si no sucediera nada. Solamente en un momento determinado recuerdas a ese alguien, y te preguntas: ¿Qué sería de fulanito o de menganita?. Tú lo has dado cuerpo y lo has hecho tangible.

    Me debes una firma. O no, no importa. Lo importante es “dejarse llevar”

    Sigo por la red. Y a veces, aparezco, vuelvo, para recordar que aún seguimos vivos. Escucho la canción de Ismael, que habla de él. Sigo andando, sin pausa pero sin prisa.

    ¡Un fuerte abrazo!.

    Carmen.

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