miércoles, 23 de mayo de 2012

Reportaje sobre Los nadadores en El País Andalucía, por Manuel J. Albert

Desvanecerse en el vacío

Pérez Azáustre aborda en una novela la soledad del mundo contemporáneo


Joaquín Pérez Azaústre, en una taberna de Madrid. / LUIS SEVILLANO

Desde este punto en adelante, las palabras soledad y desaparición, se van a repetir regularmente. En su letanía, casi dará la sensación de que el resto se borran a su alrededor, quedando únicamente las dos retumbando en el artículo. Pero luego, también se desvanecerán —primero una, después otra— de la mente del lector. Y todo, en un ambiente de absoluta calma y normalidad. De idéntica manera a lo que vive Jonás, el protagonista de Los nadadores (Anagrama), la última novela de Joaquín Pérez Azaústre...

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4 comentarios:

  1. Terminé tu libro. Me sentí un poco como Jonás, como ese hombre que todos hemos sido alguna vez.
    Por cierto: también mi patada de braza tiene ciertas carencias. Pero ha sido un placer, como siempre, nadar por tus palabras, tomar aire y soltarlo en cada página, terminar cada ciclo teniendo la certeza de que podría continuar, si quisiese, mucho más.
    Cuando quieras hacemos unos largos. Con esfuerzo terminaré por parecerme al Hombre Pez.
    Abrazos

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  2. Querido José Luis, qué alegría! Es estupendo que te haya gustado tanto la novela, y una gran satisfacción. ¿Recuerdas el final de El Gran Gatsby? También nosotros seguimos no remando, sino nadando, contra la corriente.

    Otro abrazo grande!

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    Respuestas
    1. Las estanterías tienen caprichos dificilmente explicables: "Los nadadores" descansa junto a "El gran Gatsby" desde el primer día. Han encajado sus lomos perfectamente, con ese silencio cómplice de aquellos que tienen mucho que decir. Abrazos

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