miércoles, 7 de julio de 2010

Conversación con Rodolfo Serrano


Ayer por la tarde, en Madrid, un grupo de cordobeses, unos nacidos y otros adoptados, salieron al encuentro de la ballena blanca. Madrid, ballena blanca, como ha escrito Pablo Guerrero, pero también Madrid-Pequod: un barco a la deriva, el lance sinuoso de los días buscando la espiral de la gran luz. Esa luz aún existe: es volver a algún poema de Miguel Hernández, de su inicio de tierra tras llegar a Madrid, cuando se anonadaba con la electricidad y extrañaba la luminosidad más tierna de las huertas; o ese Miguel Hernández ya crepuscular, dentro de la trinchera, hablando a la mujer del poeta-soldado que ya había abandonado, finalmente, al gran poeta-pastor de la inocencia, recuperada al fin sobre su hijo más allá del sueño de oropel de la ciudad.

Sin embargo, existe otro Madrid mucho más menudo, más secreto, como aquel café sombrío más arriba de Cuatro Caminos en el que Antonio Machado se pasaba las tardes con Guiomar después de pasear por los jardines de Moncloa, donde los dos tenían su banco preferido, un banco que ahora ya solamente existe en las fotografías. Un Madrid cercano a Gil de Biedma, a ese Casa Manolo justo tras las Cortes que es un café de Rick en miniatura, La Latina y el gran Capitán Trueno antes de la última aventura.

Ayer nos encontramos con esto y mucho más en la presentación del libro de poemas de Rodolfo Serrano La blancura de la ballena. Quizá cada poeta, como cada escritor, tenga un pulso interno que ofrecer a los otros, su latido más personalísimo. En el caso de Rodolfo, sería muy evidente hablar del ritmo sostenido de sus versos, de su capacidad para la imagen convertida en la fotografía de la calle, en esa elegía íntima y discreta de aquellos días disueltos de una plenitud. También tiene este libro de Rodolfo el recuerdo político de la vida de antes, con el que casa bien el disco Plata, esa dulce ambición solaz de transcurrir, y también escribir, por el lado más ancho de la Historia, recuperada al fin para la gente entre un tumor de tanques y la oficialidad dictatorial asimilada por la democracia. Incluso podríamos hablar de un desencanto elegante, de ese amor tan grande y tan quebrado que después los fragmentos pueden irradiar un calor infinito.

Sin embargo, el magma genuino de Rodolfo es su autenticidad poética de voz. Leyendo los poemas de Rodolfo uno habla con él directamente. Este libro hermoso, La blancura de la ballena, es en realidad un libro-amigo, es la conversación en un bar invisible donde los camareros conocen nuestros gustos. O, en palabras de Pablo Guerrero, "un libro luminoso, blanco, enamorado, sincero, escrito por un joven que ya tiene experiencias". Leer estos poemas es escuchar su voz despojada de todo ese ornamento de la vida y tal.

7 comentarios:

  1. Fue una presentación muy especial y cercana. Estuvo muy bonita y Rodolfo consiguió darle el punto que quería: que no sólo fuese una presentación de su magnífico libro de poesías sino que fuese una reunión de amigos. Fue un auténtico honor que Rodolfo me invitase a leer uno de sus poemas, fue un gesto muy generoso.

    Un fuerte abrazo, blogger con encanto ruidoso ;)

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  2. Hola. Mil gracias por escribir este pequeño resumen de lo que fue el día de ayer, en la presentación del libro de Rodolfo..

    Sinceramente hubiese dado cualquier cosa por estar allí. Pero no pude. No pude dar nada, porque a veces el trabajo te ata a una ciudad y no hay más remedio que hacer lo que hice ayer, quedarme en esta ciudad que ya nos quema bajo lo pies...

    Ahora solo me queda, recibir mi libro La blancura de la ballena firmado por Rodolfo, ya que gracias a una amiga que ayer se acercó a la presentación, voy a poder tenerlo.

    Tú debiste de poner los pelos de punta (como todos) leyendo algún poema de Rodolfo. Ya te imagino. Me encantaría, algún día, acercarme a ti y decirte que te admiro. Y darte un fuerte abrazo.

    Un saludo.

    www.escriboaqui.es

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  3. Joaquín: La amistad, la amistad. porque la historia de Ismael del Pequod es la historia de una amistad. Mil gracias.

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  4. Joaquin con tu permiso subo tus lineas a mi blog,,,
    Abrazos y felicidades,,,,

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  5. Que lindas Personas!!! Como me hubiera gustado estar...sera la proxima..por ahora me conformo con leer "La Blancura de la Ballena" y "El Gran Felton"...que tan feliz me hizo recibirlos GRACIAS DE NUEVOOO Saludos

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  6. Una tarde cojonuda¡¡¡ leiste uno de los poemas que m´´as me gustan del libro

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  7. Y estamos tan lejos!!!, pero con el corazón seguro allí, imagino Joaquín un derroche de taelntos.Besos.

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