Walter Benjamin se ocupaba también de las nuevas tecnologías y de sus posibles diálogos frente a la tradición. Lo hizo en varios ensayos reunidos por Pre-Textos, publicados hace años y reeditados periódicamente: Sobre la fotografía. Asistimos al debate de finales del diecinueve: si la fotografía había vuelto obsoleta a la pintura. Sí, en cierto sentido artesanal: los miniaturistas, esos especialistas en retratos pequeños en marfil, se vieron desmarcados por los nuevos estudios fotográficos. Pero, ¿y en el resto? Delacroix lo tenía claro: la fotografía nunca podría con la pintura. Paul Valéry tuvo una visión más futurista: la pintura seguirá siendo pintura, pero de su mixtura con la fotografía vendrán nuevas posibilidades de expresión asimiladas entre sí.La fotografía libró a la pintura de su función notarial de la realidad, pudiendo avanzar, la pintura, en otras direcciones: cubismo, surrealismo. Más adelante -en realidad, muy pronto- también la fotografía abandonó su carácter único de retratista objetivo y avanzó por el camino del arte -Man Ray, Rober Doisneau-, hasta llegar a las fotografías sobre lienzo o a las pinturas sobre fotografía. Todo esto lo encontramos en Sobre la fotografía, como un debate viejo con cierta gracia ilustre, pero también con cierta actualidad: el diálogo entre Internet y una presunta nueva literatura nacida bajo su ala protectora.
En el caso de la fotografía, se convierte en arte al adoptar los rigores propios del pintor: el punto de vista, el encuadre, la perspectiva, la hondura y la intención, sus relaciones con la realidad. No es arte por la mera reproducción -aunque la reproducción fotográfica de un cuadro del propio Delacroix sí lo puso al alcance de las masas, algo parecido a lo que ocurre ahora con la Red-, sino cuando incorpora su discurso. Así los blogs también son los dietarios con respuesta directa, y la novela sigue en la novela, y un poema seguirá siendo un poema por muchos signos tipográficos diversos, incluidas @@@ y demás, que traten de investir la palabra de modernidad. Lo moderno, claro, es la metáfora, o también el discurso, pero nunca el formato, que igual sirve para un texto caduco. Walter Benjamin no dice finalmente que la tecnología puede potenciar un arte, reproduciéndolo o intensificándolo: pero no como una innovación, sino como un mero cambio de soporte.
Es complicado adentrarse en la obra de Walter Benjamin y en todo lo que puede deducirse de su discurso. Es un consuelo pensar que aún nos animan a desentrañar el significado de "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica" en la Facultad de Periodismo. Y sí, un poema seguirá siendo un poema y una novela también, aunque quizás haya más "pseudos" o trozos de ellos dispersos por la red, materializados en blog. De calidad dudosa, por supuesto.
ResponderEliminarUna clase magistral, si señor, y como buena alumna, me hice con el ensayo que ahora anda lleno de papeles y notas...
ResponderEliminarAsí que desde mi ignorancia aunque con cierta fascinación que me viene de mi padre a la fotografía (e intentando no meter la pata), decirte que siento la fotografía como obra maestra, lo mismo que unos versos, un poema, un relato expuesto de cualquier forma...
Los blogs, no son sino vidas publicadas, sentimientos, rabias, anhelos...es la libertad de conocer a la persona como lo que es, persona, no importa el valor de sus palabras, la procedencia ni nada, solo eso, arte en la calle...
...Y una forma de acercar a la juventud a vivir unos versos y conocer, aunque sólo sea por un instante, el valor de la poesía, de relatos y cuentos tan maravillosos, de las novelas...
Gracias por abrirme nuevos campos para el aprendizaje.
Un besote enorme, cuídate y feliz semana
La fotografía es de lo más apasionante, no hay duda. Aún me quedo petrificado cuando una bella imagen consigue envolverme en un ambiente lejano, transmitirme las emociones de los que están a la vez que yo, aquí y allí.
ResponderEliminarUn saludo.
Yo diría que el nacimiento de la fotografía (como medio de reproducción) permitió a la sociedad definirse como una nueva categoría estética.
ResponderEliminarLa accesibilidad fue la clave por la que comenzó a desdoblar su poder, testimoniando no sólo su cualidad histórica como registro, sino su capacidad estética como cualquiera de las categorías artísticas clásicas ya existentes y es algo de lo que Benjamín tomó conciencia en sus escritos.
Es cierto que yo percibí (en este libro del que hablas) una “intranquilidad” que no desolación, por las características de dicha transformación.
Pero también es cierto que pensé que sin la aparición de la fotografía, no hubieran podido suceder las vanguardias plásticas, con la escenografía con la que supieron explosionar la mirada y adquirir el movimiento necesario.
La asunción de cualquier nueva forma de contar es en el fondo una realidad inevitable e Internet es una prolongación más de ese enorme proceso, de ese “mundo de las creencias” como si aquel ferrocarril que entró por primera vez en una ciudad nos sucediera cada segundo que navegamos con el componente subversivo y eterno de la juventud que nunca está conforme y no deja de nacer, brotando con mayor rebeldía.
Ser copia legal o santa realidad; el aura de Baudelaire es ahora un correo spam y no ha dejado de trasladar el mismo deseo por la vida, la misma inquietud.
Las palabras estarán en el poema aunque a los pájaros les cambien el cielo. Solo que miraremos un nuevo cielo.
Joder, tío, me dejas sin palabras. Es broma, un abrazo
ResponderEliminarQueridos todos, muchas gracias por vuestros comentarios. Pastor, poeta-pintor, encantado de verte por aquí. Un abrazo grande!
ResponderEliminarTuve cierta afición a la fotografía -me refiero a la analógica- cuando tenía unos 16 años, mucho antes de que la fotografía digital nos invadiese. Incluso tenía un pequeño cuarto oscuro en el instituto donde me revelaba -en blanco y negro, eso sí- mis fotos.
ResponderEliminarLeyento tu entrada me han dado ganas de retomar esta afición, eso sí, en su versión analógica.
Un abrazo, crack.