jueves, 1 de diciembre de 2011

Puente aéreo: Jon Andión


Esta noche toca Jon Andión en el Libertad 8. Toca la virtud del pensamiento, el poema entendido como un largo diálogo generado a sí mismo. Presenta su libro Palabras invisibles (Huerga y Fierro): "Asumo aquí, todo sobre lo que la luz desliza, lo que cae delicadamente en la penumbra de las ideas, en el cuartón oscuro de las esencias y los mapas olvidados. Asumo valorar la circunstancia, la coyuntura, la condición el coraje y la libertad de buscar palabras invisibles sobre los ojos quietos de mis hermanos". Versos partidos, diálogo expresado como ritmo poético, una especie de filosofía sin ornamentos que se nombra a sí misma con una delicada transparencia.

Digo que esta noche toca Jon Andión porque estará rodeado de músicos parlantes, de poetas cantores, bien flanqueado, entre otros, por Pablo Guerrero y Patxi Andión, cada vez más jóvenes en esa rebelión del asombro verbal, y por Rodolfo Serrano, que es cantautor sin guitarra, quizá el más puro cantautor que he conocido nunca, por intención y vida, aunque tú no lo sepas, a capela y de cañas. Además, la poesía es canto, y esta noche en el Café Libertad la música estará cargada en los acentos, en esa sutileza del lenguaje que es más una cadencia que sus metros, más una marea que un estanque, más un adentrarse en el paisaje que el paisaje en sí mismo.

He charlado un rato con Jon Andión mientras leía su libro, sin vernos y sin vino. Me quedan los impactos duros del paladar, esas asociaciones de palabras ya no tan invisibles, los versos que golpean, que son el estribillo o el inicio de una conversación: "En la antesala diplomática de la memoria". Aunque me quedo, especialmente, con el poderoso arranque del poema Orientación: "En los entresijos de la cultura moderna, resucitando los convenios de la locura (...). Entronados todos los colores que vuelven al fondo del recuerdo, en un nido de madera tambaleante en la última copa de un cedro en el desierto". Luego, en A la intemperie, leemos que "Los hijos de la razón, criaturas blancas de tez áspera y sangre fría ancladas a la realidad, desmoronan lo que quedaba por soñar". Sueños como palabras, imágenes gastadas por un uso inclemente: hay que recuperarlas, hay que volver a darles el brillo primigenio para así recordarles su primer sonido.

Espero que respete Jon Andión mi poco respeto por la separación versicular de ese diálogo, pero lo cito tal y como me quedó prendido: el lector, en el libro, encontrará los versos ajustados a su intención visual, sonora y rítmica. Pero son las palabras las que quedan en el sueño transido de palabras las que ganan después el poso de la edad, las que también son Palabras invisibles y se vuelven conciencia en el encuentro que no ha ocurrido aún. Quedan más poemas por escribir y, desde luego, muchos que brindar. Esta noche me pierdo una reunión de amigos en la que faltaría cantar tras unos gins, pero sobre todo la presentación de un nuevo libro y de un poeta.

Como no estaré allí, espero que este puente aéreo nos acerque.

7 comentarios:

  1. Los versos que citas me invitan a brindar por este poeta del que aún no he leído nada. Pero sus palabras me resultan tan próximas... Tal vez, la poesía carezca de sentido si sus versos no merodean por las vecindades de la memoria compartida. Abrazos

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  2. José Luis, me gusta mucho eso de "las vecindades de la memoria compartida". Esta mañana, antes de escribir sobre Jon, he estado viendo unos vídeos muy emotivos de cantautores de los 60 y 70, y me he acercado, también yo, a esas vecindades. Gracias por compartirlas y un abrazo!

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  3. Seguiremos a Jon de cerca, gracias por la recomendación, tocayo.

    Un abrazo bloguero¡¡¡

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  4. Estuvo magnífico. Lástima de algunas ausencias tan queridas

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