lunes, 18 de julio de 2011

Marcial Gómez y Alex Raymond


Marcial Gómez frecuenta una figuración atisbada y brumosa, un relieve tenue en la expresión de un plano de lenta realidad. La relación de la pintura de Marcial Gómez con la realidad es alentada por magias diversas, se retuerce y se hunde, profundiza en planos sucedidos de mayor pericia y gravedad. No es casual que el pintor cordobés haya sido incluido en la exposición Magischer Realismus aus Spanien. Im Schatten der Träume (A la sombra de los sueños. Realismo mágico en España), en el Panorama Museum de Bad Frankenhausen, en Turingia, Alemania. Se trata de una selección de obras y de artistas que tienen el realismo mágico como nexo de unión compositivo. Así, Marcial Gómez estará acompañado de los artistas Dino Valls, José Hernández, José Viera, Eduardo Naranjo, Vicente Arnás, Urbano Lugrís y Luis Sáez, con un total de 65 obras. Im Schatten der Träume tiene su origen en una muestra anterior, Im Licht der Wirklichkeit (A la luz de la realidad), llevada a cabo en el Museo en 2007, bajo la supervisión de Gerd Lidner y Michael Nungesser, con algo más de 80 obras de 19 artistas, pertenecientes a de tres generaciones de pintores realistas. Ahora, sin embargo, es la transposición de otras latitudes de realidad difusa la protagonista de la muestra, con varios niveles de significación desde la expresión múltiple, convirtiendo Magischer Realismus aus Spanien en la consagración europea de Marcial Gómez.

Siempre me ha fascinado imaginar su correspondencia inicial con Alex Raymond, el creador y dibujante de Flash Gordon, que entre 1949 y 1953 llegara a convertirse en una relación discipular. De hecho, en muchas de las composiciones de Gómez se ven ecos transidos de ese vigor humanista y vertical en el trazo de héroes misteriosos, como si un hombre extraño, al acecho del hombre más visible, no llegara del todo a enmascararse tras la cortina de lo verosímil.

En la obra de Marcial Gómez hay también otras sombras apreciables: esa geometría hermanada con el constructivismo, la frecuencia de elementos vegetales y también ciertas escenografías del norte de Europa y de la entonces Unión Soviética, por donde viajara Gómez en los 70. Fue a partir de entonces cuando su lenguaje se volvió una mixtura de percepciones varias, siempre con el pie en la realidad que reclamaba Goethe para la poesía imaginativa. Es un pintor insólito que ha llegado a la cima de su propio talento.

En sus cuadros hay sombras mitológicas habitando jardines olvidados, sombras de barcazas hundidas en una nieve gris. Ulises no termina de regresar a Penélope, Ulises no termina de saber que es Ulises. El viaje es el motivo de una posterior coronación: la del hombre que aprende a diluir su propia identidad, para lograr ser otro.

2 comentarios:

  1. Los lejanos viajes y las cercanas Ítacas donde encerrados tejemos los sueños de la realidad, las tenues sombras de lo verosímil son el poder de la imaginación, el combustible de los sueños podría ser un cuadro de Marcial Gómez donde su relieve es la urdidumbre mágica de las aventuras.

    Gracias Joaquín por dar a conocer a tan atractiv o artista.

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