viernes, 9 de diciembre de 2011

Viernes de La Latina


Pienso ahora en los viernes de La Latina. En cómo una reunión de amigos puede convertirse en la familia, en ese extraño nudo parental que te acoge y te abraza. Se habla mucho de los domingos de La Latina, en Madrid, porque son estupendos: el mercadeo del Rastro, con su gesto ambulante de devenir cansado, de una antigüedad de las costumbres que hemos heredado y que nos salva.

Uno imagina el Rastro de Madrid andado por Machado y por Baroja, buscando libros de viejo que a ellos, entonces, les parecerían muy viejos, de esos escritores olvidados que quizá entonces ya comenzaban a estarlo, pero aún no lo sabían. Uno imagina El Rastro en plena transición, con Patxi Andión saliendo de su esbelta torre de vigía para coger la moto y apoyar un concierto solidario, y reteniendo al fin en la retina las notas musicales de la canción que luego sería el himno del Rastro, uno, dos y tres, y también su alegría.

Luego una cañita en el bar de Los Caracoles, con fotos de Ava Gardner cuando andaba entonces por allí, risueña como el nimbo de un amanecer sin resaca posible, o en esa Fuentecilla que es el abrevadero de los viajes, una especie de alto en el camino con misterio apacible. Todo esto son los domingos de La Latina, sus tardes trepidantes de largas cervezadas, una especie de furia por vivir y apresar el instante, por brindarlo y beberlo.

Pero ay, quien conoce los viernes sabe que existen otras latitudes de dimensión pequeña, con la voz queda y menuda en las conversaciones que acaban como el viernes pasado, haya o no un filete de hígado por medio. Cuando todavía no empieza la locura del sábado, ese fiesteo continuo de bares y mujeres sacudiendo el asfalto con tacones lejanos, pero ya la semana se derrumba, estar en La Latina, un poco en plan cocido a lo Galdós, es un lujo al alcance de muy pocos.

Siempre puedes tomar un gin-tonic distinto en un bar al que vamos porque nos tratan mal, sobre todo la camarera guapa. Venimos desde todos los puntos de Madrid y siempre llega tarde el de más cerca. Brindamos con vermú en La Paloma y contamos el chiste del vermú. Pienso ahora en Serrat, en aquellas pequeñas cosas y en todas las historias de Madrid. Son historias de viernes.

Guardadme bien el sitio, porque vuelvo muy pronto.

11 comentarios:

  1. ¡Benditos los viernes de La Latina... ¡Grande la amistad!... ¡Inmensos los sueños compartidos!... ¡Riquísimo el filete de hígado! –el viernes pasado no hubo–... Y la confirmación del canto de Mercedes: «Uno siempre vuelve a los viejos sitios donde amó la vida»... Eso nos pasa amigo Joaquín... Aquí estamos dispuestos a "amar la vida" contra viento y marea.
    ¡Gracias por tu amistad! Siento no poder darte un achuchón el día 15 en Rivas, pero ten por seguro que me acordaré mucho de ti.

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  2. Esa reunion de los viernes que he tenido el gusto de ser invitado y compartir (muchisimas gracias a todos,,,,)es un canto a la amistad,a la complicidad a la vida,,,
    Espero en julio volver a ese lugar donde he sido feliz ( Perdon Sabina no te hare caso,yo volvere ,,,,jejeje)
    Abrazos Joaquin,Fernando y a todos los amigos de alli,,,,

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  3. Queridos Fernando y Romano, que alegría me ha dado leer vuestros comentarios! Ahora frente a una ventana nublada, mientras humea el café y doy y más vueltas a un relato que es la historia más vieja, como decía Gil de Biedma, pero con ganas de que esta vez acabe bien. Termina siempre de la mejor manera imaginable el viernes latinero, esa celebración que es el mero hecho de sentarnos a una misma mesa y de brindar. Viernes de La Latina, Viernes de Buenos Aires y, por supuesto, Viernes de Rivas para celebrar en la "palabra convertida en música".

    Un abrazo transoceánico, aéreo y lo que haga falta!

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  4. Benditos viernes y benditos bares. Abrazos desde la barra.

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  5. Los viernes en la Latina son un poco menos viernes sin ti. Echo de menos tus comentarios jocosos a los chascarrillos que circulan por la mesa, el abrazo de tu voz y la mirada cercana.
    Tienes muchas casas en los corazones de la Latina. Te estaremos esperando.
    Muchos besos.

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  6. José Luis, pedimos la penúltima. Un abrazo!

    Querida Elvira, también yo os echo de menos y espero regresar al sitio del que nunca me he marchado. Emocionalmente, al menos!

    Besos mil, guapa!

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  7. La Latina es un sitio mágico de lunes a domingo, jejejeje

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  8. Cuánta gente conocida y querida desde la cercanía de las letras y la melodía, por allí estaré en mayo seguramente! Abrazos Joaquín!

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  9. Qué decir....Todo es así porque tú eres así. U n beso grande

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  10. Fernanda, será un placer recibirte en nuestro viernes, que ya es también un poco tuyo.

    Rodolfo, amigo, qué ganas tengo de verte!

    Un abrazo grande!

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  11. Niuqech, estoy de acuerdo! De lunes a domingo.

    Un saludo!

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