RETRATO
Una vez fuimos de pesca,
trazamos la mañana de líneas invisibles.
Qué larga pesadez las cañas en la orilla
como arcos relajados que nunca se tensaron.
Aquello era un concurso de horas presagiadas,
el premio tanta paz junto a un río seco.
Sólo vimos un pez y eran mis manos
jugando con el agua a ser humildes.
Una vez fuimos de pesca y no pescamos nada,
sólo la ocasión intacta del regreso
por habernos mirado tan dentro del retrato.
Perteneciente a Delta (Visor, 2004)
La húmeda humildad de unas manos en el agua, la mirada de la inocencia rescatada.
ResponderEliminarHermoso poema Joaquin
Muchas gracias Siroco! Un abrazo y feliz semana!
ResponderEliminarUna vez fuimos de pesca y no pescamos nada,
ResponderEliminarsólo la ocasión intacta del regreso
por habernos mirado tan dentro del retrato.
Simplemente genial!!!
Feliz semana
Gabriela
El poeta siempre anda con la caña de "mirar" y termina pescando la belleza de un momento que plasma en un retrato de interior tan hondo como éste. Porque el humilde río seco también promete agua.
ResponderEliminarUn renovado abrazo "riográfico", Joaquín
Arcángel sureño, qué alegría tenerte por aquí. Miguel, todos los ríos conducen al tuyo.
ResponderEliminarUn abrazo!
"Sólo vimos un pez y eran mis manos
ResponderEliminarjugando con el agua a ser humildes."
Me encanta la plasticidad de estas imágenes, muy sobrias, sin necesidad de juegos pirotécnicos, solamente la "difícil sencillez" que tanto hablaba Juan Ramón Jiménez.
Un gusto poder leerte!
Va mi abrazo!