martes, 21 de junio de 2011

El niño del Titanic


El Titanic como una tumba de fantasmas con las sombras marinas, igual que un arrecife metálico y dormido en una placidez de algas azules. No sabemos la causa, pero 99 años después el Titanic nos sigue fascinando: cada año aparece una nueva noticia relacionada con el transatlántico, con su dolor de mimbre en las cubiertas más desguarnecidas, las que no tenían botes suficientes, y también el aroma de las últimas piezas tocadas mansamente por una orquesta heroica.

Ahora, la última instantánea de un niño sin nombre ha hallado, por fin, un final cerrado: después de casi cien años de misterio, se ha logrado averiguar la identidad del cadáver de un bebé encontrado cinco días después del naufragio, en las aguas heladas del Atlántico norte. Tenía sólo 19 meses, y desde hace demasiado tiempo varios investigadores han estado tratando de recomponer el puzzle, de fijar esa foto sobre un nombre. Han sido muchas las pruebas de ADN, que al final han llevado a su identificación: se trata de Sidney Leslie Goodwin, el más pequeño de una familia numerosa de Melksham, Inglaterra. Viajaban a Nueva York, para pasar allí unas vacaciones y después visitar las Cataratas del Niágara. Es así como se aparece la vida en los enigmas, y también en los temas literarios: con su pequeña y a la vez pesada carga de realidad a cuestas, con esa concreción. Hasta que se ha adivinado su auténtica procedencia, se le habían atribuido varias; de hecho, hace cincuenta años se decidió enterrarlo en el cementerio de Fairview, Halifax, en Nueva Escocia, junto a los restos de otras 120 víctimas del hundimiento.

La lápida decía: “Erigido a la memoria de un niño desconocido, cuyos restos fueron recuperados después del desastre del Titanic”. Ahora seguirá con la misma incripción, a pesar de conocerse la verdadera identidad del niño, en memoria de los casi 50 que murieron en el naufragio, ensoñados de hielo.

Todo en el Titanic es literatura convertida en verdad: fue Carol Goodwin, de 77 años, quien, al enterarse de las investigaciones sobre la identidad del bebé, declaró ser nieta de la hermana de Frederick Joseph Goodwin, un viajero del Titanic que murió en el hundimiento con su mujer y sus seis hijos: el más pequeño, de solo 19 meses. Tras un complicado sistema de pruebas y análisis se confirmó, 99 años después, que el bebé era Sidney Leslie Goodwin.

Misterio y redención, la codicia del hombre con su fosa marina. Antes que Titanic, de James Cameron, recuerdo la maravillosa La última noche del Titanic, y también la novela El fantasma del Titanic, de Arthur C. Clark, que acababa con un planeta Tierra devastado y desértico al que llegaba, dentro de miles de años, un extraterreste fascinado por una gran estructura metálica, alargada y partida, en el fondo de un valle de arena.

7 comentarios:

  1. Pués qué decir....a Patricia mi hija, le fascina todo lo concerniente a las noticias que de vez en cuando salpican la actualidad, con alguna pincelada como esta....pero es que igualmente, a mi me ocurre como a ella, es un tema con ese halo de misterio que no llegaremos nunca a conocer del todo....
    Bonita crónica.

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  2. Gracias Miguel Ángel. A mí me ocurre como a tu hija Patricia y como a ti: desde pequeño, de forma inexplicable, desde que vi "La última noche del Titanic", me fascina la historia...

    Un abrazo a los dos!

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  3. Qué curioso, Joaquín. Hace unos años salió publicada en Internet la lista completa de los tripulantes del Titanic. Parecía un antiguo pergamino. Creo que la conservo guardada, muchos años después, en una carpeta virtual (a salvo de icebergs). Un abrazo.

    PD: Por cierto, leí la crítica de tu libro de poemas en el Babelia. Enhorabuena

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  4. Perdón. No solo de los tripulantes, sino de todos los pasajeros que se embarcaron. Cientos de enigmas por descubrir.

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  5. ¿Y has oído hablar del Mary Celeste? Ese sí que es un barco misterioso... :)
    Gracias por hablar de esa novela, me has puesto los dientes largos ^^

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  6. Me alegro que hayan podido darle identidad a aquel bebe. Muchos piensan que pasados tantos años, no sea necesario tanto estudio para averiguar su procedencia. En cambio, es fascinante que todavía sigan preocupándose por ese pequeño, por esta historia, por indagar en pequeñas pistas que puedan darnos más datos y reconstruir la historia del barco de pasajeros más grande y lujoso del mundo, de aquella madrugada de mediados de abril ...
    Nos quedan muchas historias por descubrir sobre el Titanic y espero que todas nos lleguen de forma tan interesante y documentada como lo ha sido tu entrada...

    Gracias, Un besote y feliz fin de semana

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  7. Brian, Alfonso, Clarita, sí he oído algo del Mary Celeste y, es verdad, se trata de un enigma apasionante. Gracias por el brindis y por la lectura de la crítica en Babelia... Un abrazo!

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